Hoy celebramos la vida de Gladys, una simpática abuela del Hogar San Antonio, quien arribó a sus 83 años de edad, manteniendo su fuerza y carisma con la que se ha hecho tan popular en el asilo, ganándose el cariño de internos y allegados a la Casa Hogar.
Con esto la organización demuestra que el amor no tiene edad y que juntos podemos convertir días ordinarios en momentos extraordinarios.